Nido - 12 de marzo -

El hornero construye su casa para defenderse y protegerse de las intemperies.

Mi casa lleva el sello del nido.

Ese que no está vacio, mismo si hice la elección de no tener hijos, no, no está vacio porque esta lleno mi nido de azahares rojos.

Esos que permiten contemplar cada rincón de mi hogar para nunca sentir la sospecha del aburrimiento.

No, en mi nido no me aburro porque en la vida no me aburro.

Todo es precisamente precioso porque pertenece a un ritmo y a un tiempo que sólo el mundo invisible conoce.

En mi nido existen un sinfín de mundos invisible, esos que sugieren y que no son obvios.

En lo que es obvio, dónde queda el lugar para el otro ?

A mi modo de ver, una buena lectura es la que permite crear mi propio mundo a partir del mundo sugerido por el escritor.

Si, de esos mundos estan hechos mis mundos.

Esos que se divierten con la metáfora, eso que juegan a las escondidas con los símbolos y se burlan de los formalismos.

Mi casa no sustenta el protocolo, sino que solo lo hace para recibir amigos.

El protocolo del dar y el de la eterna paciencia para construir ramita trás ramita, cada rinconcito que lleva el nombre de hogar.