Epistemologia - 27 de enero -

Y entonces yo le cuento que...
claro, me dice ella, y de risotada en risotada, nos vamos contando todo, pero no solo esos 13 años que nos alejamos, sino sobre esas adolescentes que fuimos, enamoradas y que salíamos a bailar, hasta pasadísima la medianoche, para seguir hablando de nuestros amores, muchas horas despues de haber regresado a nuestras casas. Nos turnábamos y nos quedábamos a dormir en la casa de una u otra.
Nuestra conversa seguía por horas hasta que el pajarito que anunciaba el alba, nos inspiraba para que durmieramos al fin.
Horas y horas de charla teniamos encima!
Esas horas saben de nuestra esencia, ya que nuestra conversa nunca fue superficial y supo combinar lo frívolo - "écume de l'intelligence", como dirian algunos - y lo profundo.
Fue y sigue siendo leve, digna y profundisima nuestra palabra.
Por eso la quiero a ella,
mi amiga,
que esculpe con las palabras.